jueves 21 noviembre, 2024 / APYME en los medios, Rosario

ESTAMOS MAL, PERO VAMOS PEOR: LA DESTRUCCIÓN DEL MERCADO INTERNO COMO POLÍTICA DE ESTADO

Reproducimos una nota del secretario de APYME, Juan José Sisca, que forma parte del primer número de la revista digital “Horizontes Productivos”. Voces rosarinas para analizar el desarrollo local y el empleo de una ciudad de cara al río. Esta publicación digital de distribución gratuita es una iniciativa de la Comisión de Producción y Promoción del Empleo del Concejo Municipal de Rosario.

Quienes formamos parte de las fuerzas vivas de nuestra querida ciudad de Rosario,

hemos sido testigos de cómo, a lo largo de las últimas décadas, las políticas neoliberales implementadas por diversos gobiernos nacionales, provinciales y municipales han ido desindustrializando nuestro tejido social y productivo.

Podemos repasar innumerables ejemplos: el espacio que hoy ocupa la jefatura de policía fue en su momento la fábrica de armas portátiles Domingo Matheu, que también funcionaba como una escuela de oficios de la cual surgieron muchas pymes metalúrgicas; el complejo Village en Córdoba al 5800 reemplazó a la fábrica de cosechadoras Gema; el shopping “El Portal” ocupa el lugar de lo que fue la fábrica textil Estexa, líder en Sudamérica; y la fábrica de lavarropas «La Marina» en Arroyito también sucumbió.  Así, innumerables fábricas no resistieron el industricidio provocado por estas políticas hoy en su grado máximo de exacerbación con el gobierno libertario y sus gobiernos seguidistas.

La provincia de Santa Fe es el tercer distrito más perjudicado por esta política económica impulsada por el Gobierno Nacional, y su principal ciudad, Rosario, es la que más sufre las consecuencias. Esto se debe, en parte, a un DNU que constituye el verdadero plan económico del gobierno, y a su convalidación institucional mediante la Ley Bases, votada por los legisladores afines, tanto los «dialoguistas» como los «amigables».

En todo el articulado de estos dos instrumentos, no se menciona ni una sola vez la palabra “industria”, “Pymes” o “mercado interno”, a pesar de ellos dependen el 80% de los empleos registrados, el 50% del PBI y el 99% de las empresas en el país. No solo eso, sino que el DNU 7023 derogó leyes anteriores que favorecían a la producción nacional, como el “Compre Argentino”, la Ley de Góndolas, y la exportación de productos con innovación tecnológica fabricados en el país, entre otras.

Con el supuesto objetivo de combatir la inflación, se transfirieron enormes cantidades de dinero desde los sectores productivos hacia las corporaciones, mayormente extranjeras,

que con su posición dominante establecen los precios y generan dicha inflación. Mientras tanto, se anuncia con bombos y platillos el “déficit cero”, sin mencionar que esta política está profundizando la pobreza, la indigencia y el hambre, cuyas cifras son cada vez más alarmantes.

En la Ley Bases, se destaca el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) como el origen de una Argentina potente y próspera (¿para quiénes?). Según este régimen, aquellos inversores que aporten doscientos millones de dólares —sin importar la procedencia de los fondos, ya sea de drogas, armas u otros ilícitos— y que deseen apropiarse de la materia

prima que la naturaleza ha otorgado a nuestro país, obtendrán privilegios que comprometen nuestro patrimonio nacional.

El agua, el litio, los minerales, la energía, los granos: todos estos recursos que el mundo demanda serán explotados por grandes inversores sin que nuestro pueblo reciba beneficio alguno. Estas actividades extractivistas, que generan escasos puestos de trabajo en el país para que otras potencias los creen en el exterior, tendrán ventajas sobre nuestras

empresas, ya que pagarán menos impuestos, no estarán obligadas a abastecer el mercado interno ni a satisfacer los derechos de la población, y a partir del cuarto año podrán repatriar libremente los dólares obtenidos por sus ventas.

Este ataque a los sectores populares se complementa con la represión, una estrategia que los bloques de poder en Argentina han manejado históricamente a la perfección, pues son los mismos responsables de la dictadura genocida que desapareció a 30.000 compañeros y compañeras. Además, para reivindicar dicho genocidio, diputados libertarios visitan

a los genocidas en sus cárceles, a pesar de que todos ellos han sido condenados por crímenes contra la humanidad.

Por lo tanto, es imprescindible que quienes hemos sido agredidos por este modelo económico, independientemente de nuestra ideología, credo o doctrina, nos unamos para exigir al gobierno un cambio de rumbo. A los legisladores que realmente se preocupan

por su país, les exigimos que trabajen en pro de la unidad contra el neoliberalismo. Mientras tanto, las organizaciones sociales, sindicales, empresariales

y los ciudadanos de a pie debemos unirnos para luchar por nuestras reivindicaciones.

Ya lo hemos hecho y hemos tenido éxito, como en 2001. Ese es el camino.