jueves 24 octubre, 2024 / APYME en los medios
SI SE ABRE EL “CEPO”, SE TERMINA LA INDUSTRIA NACIONAL
Entrevistado en el Programa QR (A24) el presidente de APYME Julián Moreno se refirió a la situación de las Pymes industriales, la amenaza de la apertura de importaciones, el silencio de las cúpulas empresarias industriales y el verdadero “costo argentino” que detonan los grandes formadores de precios en nuestro país.
Julián Moreno, presidente de APYME
Según Informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), entre noviembre de 2023 y julio de 2024, hay en el país 12.800 empresas o empleadores menos, en su mayoría Pymes. Si se compara con el Pymecidio consumado entre 1016 y 2019, cuando se perdieron 25.000 empresas, la baja actual es todavía más alarmante por lo pronunciada y porque no hay buenas perspectivas a la vista para el sector
Entrevistado por el Programa QR (A24), el presidente de APYME, Julián Moreno, señaló que estos datos coinciden con el incremento en más de dos puntos del desempleo en este periodo.
El empresario advirtió que sin embargo, “esto recién empieza porque las restricciones a la importación hacen que industrias todavía mantengan algo de actividad. Pero estamos con la espada de Damocles de que el Gobierno está abriendo importación”.
En este sentido, explicó que “las restricciones a la importación vinculadas a la forma de pago van menguando (se puede pagar a los treinta días de nacionalizado el bien), lo cual es una forma de ir acercándose a la quita de los controles cambiarios más conocidos como “cepo”, con lo cual, bajo la creciente liberalización de importaciones, por una parte, y por otra parte un constante achicamiento de la economía, sería “el fin de la industria nacional”.
Costos dolarizados
En este contexto, el dirigente puntualizó que la competencia vendría no sólo de China, que es imbatible a nivel competitividad, sino Brasil mismo. “Ya Brasil está a años luz de la competitividad argentina. Los industriales argentinos hoy están viendo en qué se convierten o si entregan la cartera de clientes a una empresa brasilera, este es el escenario”.
El presidente de APYME relativizó la noción del “costo argentino”, en el cual hace hincapié el gobierno, y muchos sectores empresarios parecen concordar. Moreno afirmó que en años y años de batalla cultural se ha hecho creer que la “culpa de la falta de competitividad la tienen los impuestos; pero los impuestos son parejos para todos
Julián Moreno destacó que la competencia es imposible para la producción nacional principalmente porque los costos locales están dolarizados, en particular en cuanto a la energía, que se multiplicó por cinco o por seis, y los insumos difundidos para la producción (es decir, aquellos insumos básicos que se transforman para convertirse en un bien, como el acero, los polímeros, el aluminio).
El presidente de APYME recordó que la producción de estos insumos está “en manos de cinco familias”, y que “esos esos actores son los que han restringido históricamente el desarrollo industrial de Argentina, porque ellos mismos venden en el mercado interno más caro que lo que esas mismas empresas exportan, evidenciando una situación de abuso de posición dominante. El cascabel, nadie se lo pone a esos personajes”.
La posición de las cúpulas empresarias
“Ese es realmente el problema por el cual la industria argentina requiere sí o sí protección. Hay capacidad humana y tecnología invertida en maquinarias dentro de cada industria como para competir internacionalmente. Pero si la base te la multiplican por seis, no hay forma de competir, pero hay un solo proveedor de aluminio, un solo proveedor de energía; no podemos pensar si es caro o barato, es el único”.
Consultado sobre por qué ante los propios informes y advertencias sobre la baja de rubros sensibles y la amenaza importadora, una entidad como la UIA no se pronuncia más decididamente ante el Gobierno, Julián Moreno señaló que cuando se va a las representaciones regionales, en las “bases” el diagnóstico es compartido.
“El tema es que los grandes actores que tienen exposición y que mayormente dirigen a esas entidades, tienen su economía mucho más orientada al mundo financiero que a la actividad que dicen representar. Entonces, pueden esperar años, tienen espalda, se les van cayendo los competidores posibles y van quedando cada vez con un poder relativo más importante. Lamentablemente, funciona así y no están representando al sector que dicen representar”.